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Poder anticipar cómo se comportará el tiempo de la próxima estación es algo que ha perseguido la humanidad desde los inicios de la agricultura. A pesar de los grandes avances de la ciencia meteorológica, la predicción a largo plazo sigue siendo algo inalcanzable, aunque comenzamos a tener herramientas que nos permiten detectar señales con cierto nivel de confianza del comportamiento futuro de algunas variables meteorológicas de interés como la temperatura y la precipitación.
Esas herramientas son modelos matemáticos muy complejos que incorporan datos estadísticos, observaciones y determinados índices con los que se consigue caracterizar el estado actual de las componentes atmósfera y océano para, a continuación, prever su evolución más probable a varios meses vista. Lo que se obtiene no es una predicción como las que hay disponibles para el corto y medio plazo (a no más de una semana o diez días vista), sino mapas de tendencias que nos muestran las anomalías térmicas y pluviométricas más probables. De momento es a lo único que podemos aspirar, que no es poco, pero debemos ser conscientes de las grandes limitaciones que tiene la predicción del tiempo a largo plazo. No obstante, este tipo de productos de predicción resulta útil de cara a la planificación agrícola.
El mes de noviembre está tocando a su fin. El próximo domingo comenzará diciembre, lo que marca el inicio del invierno meteorológico o climatológico, de ahí el interés que tiene en estos momentos conocer lo que nos está indicando el modelo de predicción estacional del Centro Europeo (Seasonal ECMWF Forecast) para el trimestre invernal (diciembre-enero-febrero). La incertidumbre en el comportamiento de la temperatura habitualmente es menor que el de la precipitación, sujeta a una mayor variabilidad, especialmente en nuestro ámbito geográfico.
Cuando miramos el mapa con el comportamiento previsto de la temperatura para el próximo invierno, lo primero que nos llama la atención es que se pronostican con una probabilidad alta (entre el 60% y 70%) temperaturas por encima de la media en la mayor parte del continente europeo, por lo que es poco probable que tengamos un invierno muy frío. Esto no debe interpretarse con que no tendremos episodios de intenso frío, heladas generalizadas y nevadas, pero no serán los dominantes. Es probable que haya bastantes días del próximo invierno con suavidad térmica. En gran parte de la Península las anomalías cálidas aparecen con una probabilidad algo menor que en gran parte de Europa, Baleares y Canarias.
En lo que respecta a la precipitación, en líneas generales se esperan precipitaciones por encima de la media en el norte de Europa y algo por debajo en la vertiente atlántica peninsular y en Canarias (aquí con mayor probabilidad). En el resto del continente no se aprecia una tendencia clara en el comportamiento de la precipitación. Tal y como indicamos este producto de predicción tiene una mayor incertidumbre que el de la temperatura, por lo que debemos de tomar esta última información con más reservas. Si pensamos en que el comportamiento real no se aleja finalmente mucho del pronosticado, lo que es probable que ocurriera es que no se sucederían los trenes de borrascas, con temporales invernales asociados, más allá de la sucesión puntal de algunos de ellos.
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Actualidad
Primeras señales del comportamiento del invierno
Poco frío y precipitaciones por debajo de la media
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A paragraph is a self-contained unit of a discourse in writing dealing with a particular point or idea. Paragraphs are usually an expected part of formal writing, used to organize longer prose.
José Miguel Viñas Rubio
28/11/2024
Poder anticipar cómo se comportará el tiempo de la próxima estación es algo que ha perseguido la humanidad desde los inicios de la agricultura. A pesar de los grandes avances de la ciencia meteorológica, la predicción a largo plazo sigue siendo algo inalcanzable, aunque comenzamos a tener herramientas que nos permiten detectar señales con cierto nivel de confianza del comportamiento futuro de algunas variables meteorológicas de interés como la temperatura y la precipitación.
Esas herramientas son modelos matemáticos muy complejos que incorporan datos estadísticos, observaciones y determinados índices con los que se consigue caracterizar el estado actual de las componentes atmósfera y océano para, a continuación, prever su evolución más probable a varios meses vista. Lo que se obtiene no es una predicción como las que hay disponibles para el corto y medio plazo (a no más de una semana o diez días vista), sino mapas de tendencias que nos muestran las anomalías térmicas y pluviométricas más probables. De momento es a lo único que podemos aspirar, que no es poco, pero debemos ser conscientes de las grandes limitaciones que tiene la predicción del tiempo a largo plazo. No obstante, este tipo de productos de predicción resulta útil de cara a la planificación agrícola.
El mes de noviembre está tocando a su fin. El próximo domingo comenzará diciembre, lo que marca el inicio del invierno meteorológico o climatológico, de ahí el interés que tiene en estos momentos conocer lo que nos está indicando el modelo de predicción estacional del Centro Europeo (Seasonal ECMWF Forecast) para el trimestre invernal (diciembre-enero-febrero). La incertidumbre en el comportamiento de la temperatura habitualmente es menor que el de la precipitación, sujeta a una mayor variabilidad, especialmente en nuestro ámbito geográfico.
Cuando miramos el mapa con el comportamiento previsto de la temperatura para el próximo invierno, lo primero que nos llama la atención es que se pronostican con una probabilidad alta (entre el 60% y 70%) temperaturas por encima de la media en la mayor parte del continente europeo, por lo que es poco probable que tengamos un invierno muy frío. Esto no debe interpretarse con que no tendremos episodios de intenso frío, heladas generalizadas y nevadas, pero no serán los dominantes. Es probable que haya bastantes días del próximo invierno con suavidad térmica. En gran parte de la Península las anomalías cálidas aparecen con una probabilidad algo menor que en gran parte de Europa, Baleares y Canarias.
En lo que respecta a la precipitación, en líneas generales se esperan precipitaciones por encima de la media en el norte de Europa y algo por debajo en la vertiente atlántica peninsular y en Canarias (aquí con mayor probabilidad). En el resto del continente no se aprecia una tendencia clara en el comportamiento de la precipitación. Tal y como indicamos este producto de predicción tiene una mayor incertidumbre que el de la temperatura, por lo que debemos de tomar esta última información con más reservas. Si pensamos en que el comportamiento real no se aleja finalmente mucho del pronosticado, lo que es probable que ocurriera es que no se sucederían los trenes de borrascas, con temporales invernales asociados, más allá de la sucesión puntal de algunos de ellos.