Los altibajos en las temperaturas que se producirán entre el jueves y el viernes de esta semana, debido, por un lado, al episodio tormentoso que afectará principalmente al sureste peninsular, así como a la entrada de vientos de componente norte que se ha producido por el norte de la Península, con especial incidencia en el área cantábrica, Meseta Norte, Alto Ebro, Pirineos y Valle del Ebro, darán paso a un ascenso térmico generalizado y progresivo a partir del sábado, que se prolongará durante la próxima semana y que culminará con un episodio de calor muy destacado, sin que pueda descartarse una ola de calor coincidiendo con el final de mayo y el inicio de junio.

Este calor intenso y prematuro vendrá de la mano de una situación duradera de estabilidad atmosférica, con un tiempo típicamente anticiclónico, seco y soleado en la mayor parte de España. Se irá instalando sobre la Península una dorsal de aire cálido subtropical, que hará elevar las temperaturas, tanto las diurnas como las nocturnas, hasta alcanzar valores propios de la canícula a mediados de la próxima semana. Aunque es pronto para saber si ese episodio cálido alcanzará las características de una ola de calor, la evolución prevista por el modelo del Centro Europeo, en el que Meteored apoya sus pronósticos, apunta a que tendremos un calor extraordinario para las fechas, comparable al que suele hacer los días más calurosos del verano.

La actividad tormentosa no remitirá por completo, aunque no será ni generalizada ni se producirá todos los días. El lunes 26 de mayo tendremos, previsiblemente, algunas tormentas por el nordeste de la Península, afectando principalmente al Valle del Ebro, el sur del Sistema Ibérico y el norte y nordeste de Cataluña. Entre el martes y el jueves es poco probable que crezcan tormentas. Serán días soleados y calurosos. Las temperaturas máximas comenzarán a dispararse por la mitad sur peninsular, con valores previstos entre los 35 y los 38 ºC. Las mínimas nocturnas también subirán de forma acusada, produciéndose noches tropicales (en las que las mínimas no bajarán de los 20 ºC) en amplias extensiones del centro-sur y este peninsular, así como en Baleares y Canarias.

El viernes 30 es probable que tengamos tormentas vespertinas por el cuadrante noroeste peninsular, manteniéndose poco nuboso o despejado en el resto, con calor intenso en la mayoría del país. El sábado 31, coincidiendo con el final del mes de mayo, tendremos, previsiblemente, actividad tormentosa en las zonas de montaña del nordeste. Las temperaturas previstas para esas fechas serán excepcionalmente altas. La única incertidumbre actual es la desviación que tendrán las temperaturas que finalmente vayan alcanzándose y las previstas.

El valle del Guadalquivir será una de las zonas donde el calor será más intenso, con máximas que podrán alcanzar los 40 ºC entre el viernes 30 de mayo y el lunes 2 de junio. En ciudades como Córdoba y Sevilla algunas de esas jornadas se alcanzará ese valor. Valores parecidos se alcanzarán en el sur de Extremadura, algunas zonas de Castilla-La Mancha, el interior de la Región de Murcia y también en el valle medio del Ebro. Se alcanzarán máximas en el entorno de los 35 ºC varios días en una importante extensión del interior peninsular, superándose puntualmente ese valor hasta los 37 ºC.