El Parlamento Europeo ha apoyado la propuesta de Bruselas de elevar los aranceles a las importaciones de fertilizantes procedentes de Rusia y Bielorrusia. Con el visto bueno parlamentario, queda aprobado este reglamento, que entrará en vigor el próximo mes de julio.

 

La subida será progresiva, a lo largo de tres años. En julio de este año comenzará con un derecho de aduana de 40 o 45 euros por tonelada, dependiendo del tipo de fertilizante, y aumentará  durante un período de tres años hasta alcanzar un nivel prohibitivo de 315 o 430 euros/tonelada.

 

Tanto el Consejo de la UE, que ya aprobó la subida con anterioridad, como el Parlamento, han hecho suyos los argumentos de Bruselas para aplicar este gravamen a los abonos rusos: evitar que los fondos percibidos por la venta de sus fertilizantes financien la guerra contra Ucrania y favorecer, al mismo tiempo, el crecimiento de la industria europea y, con ello, el autoabastecimiento de la UE en estos productos. 

 

La medida, sin embargo, preocupa al sector agrario, que teme una brusca subida del precio de los fertilizantes. En un comunicado, el COPA-COGECA (organizaciones y cooperativas agrarias de la UE) señala que, “sin acceso a fertilizantes asequibles, los agricultores se enfrentan a una menor competitividad e ingresos, así como a posibles perturbaciones en la seguridad alimentaria de la UE”.

 

En España, las organizaciones agrarias también han criticado la posición parlamentaria. ASAJA ha denunciado que esta decisión castiga, una vez más, al eslabón más débil de la cadena: los productores agrarios, que ya sufren costes disparados, incertidumbre en los mercados y una fuerte dependencia de insumos importados. Lamenta que los eurodiputados hayan votado a favor de esta propuesta y que se eleven los aranceles a los fertilizantes de Rusia y Bielorrusia pero no se adopten medidas compensatorias, como la eliminación de aranceles y medidas antidumping a fertilizantes de otros países, la reforma inmediata de la normativa que impide el uso eficiente de nutrientes RENURE (procedentes del estiércol), la puesta en marcha de mecanismos automáticos de salvaguarda si los precios se disparan y compensaciones directas ante la subida de costes.

 

La Unión de Uniones ha estimado que, si la subida del precio de los fertilizantes importados se traslada al mercado, en la primera fase de aplicación del reglamento los abonos podrían encarecerse en torno a un 17% y representar un sobrecoste para los agricultores de 340 millones de euros. Habla también de “agravio al campo español” por parte de los eurodiputados españoles que han votado a favor de la medida.

 

Por el contrario, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe) ha mostrado su satisfacción por el respaldo parlamentario a la subida arancelaria a Rusia y Bielorrusia. Los aranceles "permitirán a la Unión Europea reducir la dependencia estratégica, debilitar la economía de guerra de Rusia" y, al mismo tiempo, proteger a la industria y al sector agrícola comunitarios.