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Finalmente, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea han aprobado de forma definitiva el reglamento sobre restauración de la naturaleza. Ha sido posible debido al cambio de posición de Austria, cuya ministra (ecologista), votó a favor del texto a pesar de que el jefe del Gobierno de este país no estaba de acuerdo e incluso ha anunciado que podría acudir a los tribunales europeos para intentar anular la votación.
El reglamento prevé no ya la protección de los ecosistemas, sino su recuperación en caso de que se encuentren degradados. El objetivo, en concreto, es la recuperación de al menos el 20% de las zonas terrestres y marítimas de la UE para 2010 y de todos los ecosistemas que necesiten restauración para 2050, incluidos los ecosistemas agrícolas.
En lo que respecta a estos últimos, los Estados miembros deberán poner en marcha medidas dirigidas a mejorar al menos dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de pastizal; la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas de alta diversidad; y la reserva de carbono orgánico en el suelo mineral de las tierras de cultivo. También recoge objetivos con plazos determinados para aumentar el índice de aves comunes en tierras agrícolas a nivel nacional. Incluye asimismo medidas para rehumedecer y recuperar las turberas drenadas y para revertir la disminución de las poblaciones de polinizadores.
Para los ecosistemas agrícolas, el texto incluye una cláusula que permitirá
retrasar los objetivos en caso de consecuencias socioeconómicas excepcionales. Este sistema, denominado de “freno de emergencia”, permitirá suspender excepcionalmente la aplicación de las disposiciones relacionadas con estos ecosistemas si se considera que su impacto es demasiado importante. Sin embargo, este mecanismo solo puede activarlo la Comisión Europea, durante un máximo de un año y únicamente en caso de impacto sobre la seguridad alimentaria.
En España, las organizaciones agrarias se mueven entre el rechazo al texto aprobado y la preocupación por su aplicación, ya que podría implicar nuevos condicionantes medioambientales para los agricultores. Destacan en especial que no se contemple financiación para llevar a cabo las medidas que permitan lograr esos objetivos de restauración.
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Actualidad
Preocupación por la aplicación del reglamento sobre restauración de la naturaleza
Aprobado in extremis por los ministros de Medio Ambiente de la UE
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Finalmente, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea han aprobado de forma definitiva el reglamento sobre restauración de la naturaleza. Ha sido posible debido al cambio de posición de Austria, cuya ministra (ecologista), votó a favor del texto a pesar de que el jefe del Gobierno de este país no estaba de acuerdo e incluso ha anunciado que podría acudir a los tribunales europeos para intentar anular la votación.
El reglamento prevé no ya la protección de los ecosistemas, sino su recuperación en caso de que se encuentren degradados. El objetivo, en concreto, es la recuperación de al menos el 20% de las zonas terrestres y marítimas de la UE para 2010 y de todos los ecosistemas que necesiten restauración para 2050, incluidos los ecosistemas agrícolas.
En lo que respecta a estos últimos, los Estados miembros deberán poner en marcha medidas dirigidas a mejorar al menos dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de pastizal; la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas de alta diversidad; y la reserva de carbono orgánico en el suelo mineral de las tierras de cultivo. También recoge objetivos con plazos determinados para aumentar el índice de aves comunes en tierras agrícolas a nivel nacional. Incluye asimismo medidas para rehumedecer y recuperar las turberas drenadas y para revertir la disminución de las poblaciones de polinizadores.
Para los ecosistemas agrícolas, el texto incluye una cláusula que permitirá
retrasar los objetivos en caso de consecuencias socioeconómicas excepcionales. Este sistema, denominado de “freno de emergencia”, permitirá suspender excepcionalmente la aplicación de las disposiciones relacionadas con estos ecosistemas si se considera que su impacto es demasiado importante. Sin embargo, este mecanismo solo puede activarlo la Comisión Europea, durante un máximo de un año y únicamente en caso de impacto sobre la seguridad alimentaria.
En España, las organizaciones agrarias se mueven entre el rechazo al texto aprobado y la preocupación por su aplicación, ya que podría implicar nuevos condicionantes medioambientales para los agricultores. Destacan en especial que no se contemple financiación para llevar a cabo las medidas que permitan lograr esos objetivos de restauración.
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