La Asociación del Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE) estima que la producción de cereales de otoño-invierno podría situarse este año en nuestro país en 21,68 millones de toneladas, lo que supondría un incremento cercano al 18% con respecto a la obtenida el año pasado y una clara recuperación comparada con el corto resultado de 2023, “la peor cosecha de los últimos años”.

Esta previsión, subrayan los comerciantes, se acerca más a las cifras de 2020 (22 millones de toneladas), cuando se registró un récord histórico de rendimientos. Las buenas perspectivas de producción para 2025 se deben a una distribución más homogénea de las precipitaciones por todo el territorio nacional (en 2024 el arco sureste mediterráneo todavía padecía una sequía persistente), por lo que casi todas las regiones productoras registrarán una mejora de sus resultados, a pesar del retraso en los trabajos de recolección que han supuesto las lluvias primaverales.

Por tipos de grano, solo la producción de trigo duro será más corta que en 2024 (-5%; 928.000 toneladas) debido a la disminución de la superficie sembrada, ya que el rendimiento mejora respecto al año pasado. La producción de trigo blando podría alcanzar los 7,8 millones de toneladas (+16,5%); la previsión para la cebada es de casi 10 millones (+12,4%), para la avena de 1,68 millones (+79%), para el centeno de 331.540 toneladas (+51,9%) y para el triticale de 980.000 toneladas (+32,6%).

La previsión de ACCOE es más optimista que la que manejan las organizaciones agrarias, que apuntan a un volumen de 19,5 millones de toneladas.