La última reunión de los ministros de Agricultura de la Unión Europea estuvo dedicada, casi exclusivamente, a buscar respuestas al descontento de los agricultores y ganaderos comunitarios.

Una de las conclusiones del encuentro es que la actual PAC, que lleva en vigor poco más de un año, tendrá que someterse a una revisión. De hecho, el comisario de Agricultura, avanzó que, en el marco de esa revisión, propondrá que algunas de las exigencias de la condicionalidad pasen a ser voluntarias para los agricultores y se enmarquen en los ecorregímenes.

El comisario se refirió, en concreto, a las buenas condiciones agrarias y medioambientales (BCAM) más criticadas por el sector agrario comunitario, ya que son las que limitan su capacidad de producción. Se trata de las BCAM número 6 (que es la relativa a la cobertura mínima de los suelos en períodos sensibles), la 7 (que obliga a la rotación de cultivos) y la 8 (sobre superficies no productivas). En su opinión, sería más efectiva la concesión de incentivos por estas prácticas que obligar a su cumplimiento.

Por lo demás, el comisario desgranó ante los ministros las medidas de simplificación a corto y medio plazo que la Comisión Europea presentó el pasado 22 de febrero, que incluyen también una reducción en el número de controles sobre el terreno y que las explotaciones de menos de 10 hectáreas estén exentas de los controles del cumplimiento de la condicionalidad.

Los ministros consideran que las medidas planteadas por Bruselas son positivas y constituyen un avance pero creen que son insuficientes y piden más ambición en los cambios en la PAC.