Faltan menos de dos meses para que la Comisión Europea presente, el 16 de julio, su propuesta de reforma de la PAC, la que se aplicará a partir de 2028.

Por lo que se sabe de momento, esta reforma se centrará en la distribución de las ayudas. Bruselas quiere que se concentren más en quienes más las necesitan, como los jóvenes agricultores, los pequeños productores, las explotaciones mixtas de cultivos y ganadería y las regiones con desventajas naturales.

Para ello se recurrirá a dos mecanismos ya conocidos, como son el establecimiento de un límite de ayudas por explotación y la degresividad, que consiste en una reducción de los pagos a partir de cierto importe.

Otro cambio que se espera es que se pasará de un sistema de obligaciones en el marco de la condicionalidad a un régimen más basado en incentivos para fomentar prácticas agrarias más sostenibles.

Aunque el cambio más importante tendrá que ver seguramente con la estructura del presupuesto, ya que los servicios de Bruselas siguen con la idea de un fondo único por Estado miembro en lugar de asignar partidas a las distintas políticas, como la agraria.