La producción mundial de aceite de oliva podría situarse en 2,407 millones de toneladas en la presente campaña 2023/24, según las primeras estimaciones del Consejo Oleícola Internacional (COI). Esa cifra supondría una caída del 6,3% respecto a la obtenida en la anterior, a pesar de la ligera mejora prevista en la Unión Europea. La caída se deberá principalmente a la disminución de la producción prevista en Turquía, así como en Siria. Túnez mejorará sus cifras respecto al año pasado y las de Marruecos se mantendrán estables.

En lo que respecta a la Unión Europea, se espera una ligera mejora respecto a la corta producción de la campaña pasada (1,41 millones de toneladas frente a 1,39 millones en 2022/23). Esa mejora sería consecuencia de un aumento de unas 100.000 toneladas en España, hasta las 766.400 toneladas (aunque sigue siendo una producción marcada por la sequía y muy inferior a la media de años previos) y al incremento previsto asimismo en Italia (288.900 toneladas) y Portugal (150.000 toneladas). Por el contrario, en Grecia será más corta (195.000 toneladas).

Por segunda campaña consecutiva, si se cumplen las previsiones del COI, el consumo será superior a la producción, por lo que se reducirá el stock final de campaña. Para 2023/24 prevé una demanda de 2,69 millones de toneladas, frente a 2,83 millones en 2022/23; la caída se debe a un nuevo descenso en la Unión Europea, así como en Turquía y Marruecos. Estados Unidos, primer consumidor mundial sin contar a la UE, mantendrá un consumo estable.