La propuesta de reglamento sobre protección de los animales de granja durante el transporte, muy criticada en el Parlamento Europeo, también se cuestiona en el seno del Consejo de la UE. Un documento presentado por Italia durante la última reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE llama la atención sobre el impacto socioeconómico negativo de algunas de las medidas propuestas sobre la producción animal y, en consecuencia, para la seguridad y soberanía alimentaria de la UE.

El texto se presentó con el apoyo de otros países (Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Portugal y Rumanía) y también lo firmaron España y Alemania.

Los catorce países advirtieron que es necesario evitar imponer costes adicionales injustificados a los ganaderos y otros operadores, lo que iría en contra del objetivo declarado de fortalecer al sector ganadero. Critican una propuesta que perjudica claramente a ciertos Estados miembros debido a su geografía (islas, zonas montañosas o remotas) o sus condiciones climáticas específicas. La nota también destaca que los nuevos parámetros podrían comprometer el comercio de animales vivos y dificultar la capacidad de algunos Estados miembros para mantener sus exportaciones actuales a terceros países. El ministro español, Luis Planas, considera que esta propuesta se encuentra en un impás y constató que no está habiendo una posibilidad de acuerdo ni en el Consejo ni en el Parlamento Europeo. Entre los Estados miembros -dijo- cada uno tiene unas preocupaciones. “Nosotros tenemos las derivadas, particularmente, del carácter periférico de España en relación con el transporte de animales y las temperaturas”.

Solo unos pocos países siguen apoyando la propuesta de la Comisión Europea. Por ejemplo, Dinamarca, que asumirá la presidencia del Consejo de la UE en julio y espera sacar adelante este texto. El comisario de Sanidad y Bienestar Animal, Olivér Várhelyi, dijo ser “plenamente consciente” de las dificultades que presenta este texto. Prometió que la revisión permitirá que la producción y el comercio de ganado continúen con mínimas alteraciones y cargas administrativas. Asimismo, reiteró que deben imponerse normas equivalentes a las importaciones de animales en la UE.

Hay que recordar que la propuesta de la Comisión Europea, que se presentó en diciembre de 2023, recoge nuevas exigencias en cuanto a duración máxima de los trayectos, temperaturas en los vehículos que trasportan al ganado y requisitos administrativos para los transportistas, entre otras medidas.

En el Parlamento Europeo, que también debe pronunciarse sobre este asunto, los trabajos apenas avanzan. Se han presentado unas 3.000 enmiendas al texto, que las comisiones parlamentarias correspondientes han empezado a debatir. Algunas de ellas piden que se rechace la propuesta en su totalidad.